Dear Brothers and Sisters,
Everyone has a special prayer that they say. Sometimes it can be a few words or other times it can be a ritual. I would like to share with you one the ‘prayers’ that I use. It was developed by one of my spiritual mentors – St. Ignatius.
Ignatius’ first followers ran into the problem of not being able to pray often throughout the day. So, Ignatius recommended a practice called the Examen – a prayer done at the end of the day.
In our busy, overloaded, stress filled lives it might be helpful to you as it is to me. The Examen has six simple steps.
- Find a quiet place. This may be particularly difficult given the size of your home or your family. When you find this space put yourself consciously in God’s presence. Ask Him to be with you for the next few minutes.
- Identify a moment of gratitude. What is one thing/person that you are grateful for today. Remember how you felt at that moment. Notice those feelings and simply be grateful for them knowing that all gifts come from God.
- Ask for freedom. Freedom is one of the main ingredients in Catholic spirituality. Freedom doesn’t mean that we do anything we want. We long for freedom from the things that often trip us up or distract us. We pray that the Holy Spirit gives us the vision to be free of those things so that we can see the events of our lives as they are – not how we’d like the things to be.
- Review your day. Try to recall the events of the day as if you were watching a movie. Who did you encounter? What did you do? Notice your feelings – positive and negative. Reflect on the moments that are significant to you. These are the events/people that God is revealing to you. Examine these moments more deeply.
- Talk with God. Tell God anything that is on your mind. You might ask Him for forgiveness. You might ask for His assistance with a particular problem. Spend this time with God – He already knows your needs. Ask God for the grace to trust in Him.
- Finish your prayer. End with an Our Father or whatever your favorite prayer is.
This is a simplified version of the Examen but try it and see how God is moving each day in your life.
In His Love,
Father Patrick M. Marshall
Reflexiones del padre Marshall
Estimados Hermanos y Hermanas:
Todos tenemos una oración especial que decimos. A veces pueden ser unas pocas palabras u otras veces puede ser un ritual. Me gustaría compartir con ustedes una de las “oraciones” que utilizo. Fue desarrollada por uno de mis mentores espirituales: San Ignacio.
Los primeros seguidores de Ignacio se encontraron con el problema de no poder rezar a menudo durante el día. Entonces, Ignacio recomendó una práctica llamada Examen, una oración que se hace al final del día.
En nuestras ocupadas vidas, sobrecargadas y llenas de estrés, podría ser útil para usted como lo es para mí. El Examen consta de estos seis sencillos pasos.
1. Busque un lugar tranquilo. Esto puede resultar particularmente difícil dado el tamaño de su hogar o su familia. Cuando encuentre este espacio, póngase conscientemente en la presencia de Dios. Pídale que esté con usted durante los próximos minutos.
2. Identifique un momento de gratitud. ¿Cuál es una cosa / persona por la que usted está agradecido hoy? Recuerde cómo se sintió en ese momento. Note esos sentimientos y simplemente esté agradecido por ellos sabiendo que todos los dones provienen de Dios.
3. Pida libertad. La libertad es uno de los principales ingredientes de la espiritualidad católica. La libertad no significa que hagamos lo que deseamos. Anhelamos la libertad de las cosas que a menudo nos hacen tropezar o nos distraen. Oramos para que el Espíritu Santo nos dé la visión de ser libres de esas cosas para que podamos ver los eventos de nuestras vidas como son, no como nos gustaría que fueran.
4. Repase su día. Trate de recordar los eventos del día como si estuviera viendo una película. ¿Con quién se encontró? ¿Qué hizo? Observe sus sentimientos, positivos y negativos. Reflexione sobre los momentos que son importantes para usted. Estos son los eventos / personas que Dios le está revelando. Examine estos momentos más profundamente.
5. Hable con Dios. Dígale a Dios todo lo que tenga en mente. Podría pedirle perdón. Puede pedirle ayuda con un problema en particular. Pase este tiempo con Dios: Él ya conoce sus necesidades. Pídale a Dios la gracia de confiar en él.
6. Termine su oración. Termine con un Padre Nuestro o cualquiera que sea su oración favorita.
Esta es una versión simplificada del Examen, pero pruébelo y vea cómo Dios se está moviendo cada día en su vida.
En Su Amor,
Padre Patrick M. Marshall