Dear Friends,
The holy season of Lent begins on Ash Wednesday of this week. Lent is a type of spiritual retreat in which we spend forty days preparing to renew our Baptismal promises at Easter.
I’m not sure about you but I procrastinate about what I’m doing for Lent until the last minute.
I’ve learning a few things along the way though. Lent is not just about giving up something for forty days. Rather it is about training ourselves for forty days to help us meet a new spiritual goal or a new Christian response to our lives.
The three guides that the Church gives for Lent should lead the way for us. We are reminded of them in the Gospel that is read on Ash Wednesday. They are prayer, fasting and almsgiving.
PRAYER: Am I committed to a daily prayer that keeps me in touch with Jesus? The highest form of prayer is the Mass. Can we make a sincere effort to attend Mass on at least one day besides Sunday? Consider the possibility of dedicating 10 minutes each day for spiritual reflection. Open the Bible to any page each day and read it reflecting on how the Sacred Words apply to your life. Go to Confession!!! Say the Jesus prayer 10 times each day – Jesus, Son of God, have mercy on me a sinner.
FASTING: What do I need to fast from? What words or behaviors keep me apart from God? How can I confront the evil ways of our culture? Do I have the courage to stand up for Christian values? How can I become more Pro-Life, protecting life from conception to natural death?
ALMSGIVING: Am I really concerned and responsive to the materially poor? Where do I stand with the emotionally poor? Am I ready to share what I have with those who do not have? What is my responsibility to those beyond the United States, those seeking refuge in our country?
I hope that these thoughts will give you some guidelines for Lent this year. Keep in mind that Lent is just practice for our lives to be more in tune with our Loving God.
In His Spirit,
Father Patrick Marshall
Administrator
Reflexiones del Padre Marshall
Queridos Amigos,
La santa temporada de Cuaresma comienza el Miércoles de Ceniza esta semana. La Cuaresma es un tipo de retiro espiritual en el que pasamos cuarenta días preparándonos para renovar nuestras promesas bautismales en la Pascua.
No estoy seguro de ustedes, pero yo siempre pospongo lo que voy a hacer para la Cuaresma hasta el último momento. Aunque he aprendido algunas cosas a lo largo del camino. La Cuaresma no es solo renunciar a algo por cuarenta días. Más bien, se trata de capacitarnos durante cuarenta días para ayudarnos a alcanzar una nueva meta espiritual o una nueva respuesta cristiana a nuestras vidas.
Las tres guías que la Iglesia da para la Cuaresma deben guiarnos. Se nos recuerda de estas en el Evangelio que se lee el Miércoles de Ceniza. Son oración, ayuno y limosna.
ORACIÓN: ¿Estoy comprometido con una oración diaria que me mantiene en contacto con Jesús? La forma más grandiosa de oración es la Misa. ¿Podemos hacer un esfuerzo sincero para asistir a Misa al menos un día, además del domingo? Considere la posibilidad de dedicar 10 minutos cada día para reflexionar espiritualmente. Abra la Biblia en cualquier página todos los días y léala reflexionando sobre cómo las Palabras Sagradas se aplican a su vida. ¡Confiésese! Rece la oración de Jesús 10 veces al día: Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí, un pecador.
AYUNO: ¿De qué necesito ayunar? ¿Qué palabras o comportamientos me alejan de Dios? ¿Cómo puedo confrontar los malos caminos de nuestra cultura? ¿Tengo el valor de defender los valores cristianos? ¿Cómo puedo llegar a ser más Pro-Vida, protegiendo la vida desde la concepción hasta la muerte natural?
LIMOSNA: ¿Estoy realmente preocupado y perceptivo a las necesidades de los pobres ¿Dónde estoy con los emocionalmente pobres? ¿Estoy listo para compartir lo que tengo con quienes lo necesitan? ¿Cuál es mi responsabilidad hacia aquellos que están más allá de los Estados Unidos, aquellos que buscan refugio en nuestro país?
Espero que estos pensamientos le den algunas directrices para la Cuaresma este año. Tenga en cuenta que la Cuaresma es solo una práctica para que nuestras vidas estén más en sintonía con nuestro amado Dios.
En su espíritu,
Padre Patrick Marshall
Administrador